El presidente Donald Trump pulió su imagen dura sobre el comercio la semana pasada al declarar que impondría aranceles a las importaciones estadounidenses de acero y aluminio. Pero la medida podría socavar otra parte de su agenda económica «América Primero»: reconstruir la infraestructura estadounidense.
Los aranceles sobre el aluminio y el acero importados podrían elevar el costo de las inversiones en infraestructura, lo que acentuaría las presiones sobre los precios ya provocadas por una economía mundial en crecimiento.
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